jueves, 20 de junio de 2013

LEYENDO "LA MANO DE MUERTO"


Eran más de las doce de la noche. Toda la Campiña dormía con pesado sueño bajo un manto de oscuridad. Los grupos de gente se dispersaron en distintas direcciones dialogando sobre los diversos pasajes de la velada, haciendo la crítica a su manera.
A la vera de los caminos, los pacaes y los mangos con el viento habían entrelazado sus ramas de una orilla a otra formando una lóbrega ramada que se alargaba en el sendero. Se caminaba a tientas, por altos y bajos, tropezando.
Dentro del grupo donde iba don Rafael, no faltó alguien que miedoso, comenzó a recordar cosas extravagantes aparecidas por los caminos a recorrer. Dijo que por el «Camino de los Perros», en el silencio de la noche, una burra encadenada corría de Sur a Norte, y por «Cuatro Esquinas» los que pasaban después de las doce de la noche, oían laberintos de voces imperceptibles o a veces quejidos como de moribundos. Que tales cosas habían dado lugar a que algunos transeúntes cayeran privados del conocimiento, echando baba por la boca. Referente a esto, otro del mismo grupo recordó que en la «Casa Vieja» de la esquina del Cerro de Santa María, desde las primeras horas de la noche, por una de las ventanas, aparecía colgando una mano de muerto y que privaba a todo el que la veía. Que por esto Jacinto Estupiñan y Doroteo Quiche tuvieron que hacerse rezar por «susto de ánima». Pero nadie de los del grupo se amilanó. Y algunos lo tomaron como «zumba» o invento de los miedosos.

Entretenidos en la conversación, cuando menos pensaron, ya habían dejado atrás «Cuatro Esquinas» y el «Camino de los Perros», sin haber sido víctimas del menos percance, cuando al cruzar el arenal uno de los bromistas dijo:
- Que juera que hoy viéramos la mano...!
Al oír estas cosas las mujeres medio miedosas tomaron la delantera y todo el trecho del cerro pasaron cabizbajas. No quisieron mirar la «Casa Vieja». Había una semiclaridad debido al resplandor de las estrellas madrugadoras. Uno de los compadres de don Rafael que se había adelantado un poco en el camino por el mismo lado de la casa, regresó asustadizo y le dice al oído:
- Espéreme usted aquí, compadrito. Deje que avance un poco la familia para que no se asusten. Voy a ver que cuelga en la ventana del costado. Esto parece cierto o es alguno que está jugando con nosotros. A lo mejor es Juan Barbón. ¡Hum..! No sabe que somos bien hombres!           

Y se fue a ver con más detención en forma resuelta. Al poco momento regresó y le dijo:
- Haytá la mano, colgando, pero no me parece que juera de muerto. La de muerto es huesosa, color cera. Esta mano es gorda. Diuna vez vamos a convencernos.

                Y ambos se acercaron cautelosos, a la «Casa Vieja». Miraron la mano. Con un palito le dieron un hincón. La mano se movió. No hay nada que hacer, dijo uno de ellos, esta es mano de vivo. Y cuando forcejearon la puerta del costado para entrar, observaron que la mano comenzó a ocultarse poco a poco. Como la puerta no se abriera, por uno de sus huecos vieron que alguien salió corriendo de la puerta de atrás.
Don Rafael se subió a la tapia y desde allí le grito:
- ¡Oye, so vende santo, como te güelva a encontrar aquí te rompo el alma! . ¡Ya sabes! .
Comentando lo sucedido, los compadres aceleraron el paso para dar alcance a sus familiares que ya estaban volteando el camino a Chonta. Ambos les refirieron entre risas y carcajadas los apuros del hombre que salió corriendo de la «Casa Vieja».
- Ya ven -bromeó al final don Rafael- si las penas no son de la otra vida.
-¿Pa qué creer en dioses falsos?. Por cualquier lugar no faltan los vivos que se ríen de los zonzos...
-Ahora ya verán que nunca más aparecerá la mano de muerto.
Por ese lugar se fueron quedando cada cual en su morada.
 

 

martes, 11 de junio de 2013

CONOCIENDO A ISAÍAS NICHO RODRÍGUEZ


VIGENCIA DE ISAÍAS NICHO RODRÍGUEZ
Filomeno ZUBIETA NUNEZ

 Uno de los intelectuales y escritores de mayor producción de los nacidos en el actual distrito de Santa María es, indudablemente, don Isaías NICHO RODRIGUEZ que resaltara la vida cotidiana, las estampas costumbristas, el folklore y toda esa riqueza natural y cultural que tiene Huacho y su llamada Campiña. Si bien publicó muchos libros, periódicos y revistas; pero, sin lugar a dudas, CAMPIÑA ADENTRO es y seguirá siendo su obra más importante por su significancia y trascendencia en la construcción y afirmación de nuestra identidad cultural.
 
Con la publicación de CAMPIÑA ADENTRO se hace realidad una larga aspiración de todos los que alguna vez escucharon de este libro o leyeron sus páginas. Los lectores de los últimos 30 años no tuvieron acceso a sus páginas. Es más, estamos a 50 años de la edición del primer volumen de los tres que se publicaron hasta 1983. Esta feliz divulgación se hace realidad gracias a las autoridades locales de Santa María, distrito donde naciera su autor, Isaías Gemían Nicho Rodríguez. CAMPIÑA ADENTRO constata que los libros que rescatan y divulgan lo nuestro contribuyen a construir y afirmar identidad cultural. En los últimos 50 años, incluso sin estos tomos en la mano, se invocaron su contenido y aportes para conocer y valorar los elementos del patrimonio natural y cultural no sólo del distrito de Santa María, también de Huacho y todo el entorno de la antigua provincia de Chancay. Así, su contenido y lectura era reclamada e invocada permanentemente.

Los tres volúmenes de que está compuesto CAMPIÑA ADENTRO fueron publicados en años distintos, en lapsos de 11 años con respecto al anterior: 1961, 1972 y 1983. Los tres en la Imprenta «La Libertad» de Tambo Blanco de larga data en la difusión de lo nuestro y muy identificado con los sectores pobres. Nació en el barrio de Chonta, cuando aún era parte de la Campiña de Huacho (hoy distrito de Santa María), hacia la medianoche del 16 de febrero de 1908. Sus padres, también campiñeros, fueron don Germán Nicho Velásquez y doña Pascuala Rodríguez Lucho. Tuvo 8 hermanos: Delfina, Porfirio, Rosalinda, Julio, Natividad, Arístides, Manuel e Isaac.

Desde niño fue un destacado alumno, lo prueba el premio que durante las Fiestas Patrias de 1923 recibió del Concejo Provincial de Chancay, por su excelente aprovechamiento en el Instituto Americano, que dirigía el maestro Toribio Acosta Fernández, inclinándose desde ya por la narrativa de motivos campiñeros. Muy joven, hacia 1926, se inicia en el periodismo, junto al Dr. Fernando Suárez Olivos que dirigía el semanario «El Heraldo» (fundado en 1915). Cuando el 27 de noviembre de 1928 su primo, Luis Marcial Maturrano, funda el periódico «La Libertad», tendrá en Isaías a uno de principales redactores y colaboradores; sufriendo la odisea y peripecias del vocero y su director, por la defensa de la causa de los desposeídos.

Como ex-alumno del Seminario Santo Toribio de Huaura, donde había concluido su educación secundaria, participa con otros condiscípulos en la fundación del Centro Social Deportivo de Huaura, presidido por el R. P. Carlos F. Manrique, en 1932. En ese mismo año, el 12 de octubre, aparece el quincenario «La Voz de Huaura», como órgano independiente e informativo del Centro Social Deportivo de Huaura, teniendo como director a don Isaías Nicho Rodríguez; para «decir a los hombres y pueblos todos del Perú lo que Huaura es y representa en los fastos de la Historia Nacional».

Con la experiencia ganada y el material reunido participa con otros jóvenes de su generación: Jorge Ortiz Dueñas, Hermógenes Colán Secas, Alfredo López Romero, Isaac Salazar León, Luis Chávez Reyes y Pedro Guillermo Fonseca, en la redacción y publicación del libro «Chancay Provincia Nuestra», el mismo que inicia su circulación el 30 de diciembre de 1942. Éste es el esfuerzo más serio por recopilar y traducir en prosa  y verso, las costumbres y tradiciones de los pueblos -especialmente costeros- de la entonces provincia de Chancay.

Poco después, llevado por sus inquietudes periodísticas funda el quincenario «La Campiña», el 19 de enero de 1944, con «el deseo de servir una vez más el suelo que nos vio nacer; el permanente anhelo de verlo mejor en su aspecto material y espiritual...». Éste, en la búsqueda de conseguir sus objetivos fundacionales, se mantuvo en circulación hasta inicios de la década de los 60.

Como animador del gremio de los hombres de la pluma y la voz, el Centro Federado de Periodistas de la Provincia de Chancay, base de la Federación de Periodistas del Perú, propició que tuviera su vocero, fundando el 28 de julio de 1965 la revista «Rumbos», una de las mejores revistas del siglo XX en nuestro medio, que llegó a su última edición, N° 20, el 10 de noviembre de 1974.

Como periodista práctico, desde muy joven tuvo preocupación por formarse en los nuevos giros e innovaciones del oficio; no se conformó con la autoformación, por el contrario, buscó que profesionalizarse en una institución superior, logrando -luego de superar airosamente sus clases y exámenes- el 25 de noviembre de 1966 que, la Pontificia Universidad Católica del Perú, le otorgue el título de periodista profesional.

El 23 de julio de 1968, a iniciativa del Concejo Provincial, se fundó el Comité Cívico de la Provincia de Chancay, don Isaías fue designado su secretario. Sus propósitos apuntaban hacia la aprobación de Ley Chancay, la defensa de las Lomas de Lachay y de Las Salinas, como la atención a las demandas de mejoras en los servicios.

Por su permanente labor de investigación y producción recibió una serie de premios y estímulos, especialmente como ganador de concursos literarios y periodísticos. En 1954 organizado por la revista «Actualidades» de don Estenio Galarcep Vivanco; de 1960 y 1971 del I y II Concurso Periodístico «Fermín Carrión Matos», organizado por los gremios periodísticos de la provincia. Al que se suman las medallas, diplomas y pergaminos de reconocimiento y felicitación de los concejos distritales de Huaura, Hualmay y Santa María, como del provincial.

En mérito a su experiencia, seriedad y responsabilidad, puesta en evidencia a lo largo de su vida, fue designado como director del diario decano de la provincia, «El Imparcial», a cuyo frente estuvo de enero de 1973 a 1978. En éste, años más tarde, publicó su último artículo, el 20 de junio de 1989, como un llamamiento a la posteridad: «Conservemos el folclore de nuestra región».

En reconocimiento a su producción y difusión de los valores culturales de la región el 07 de noviembre de 1984, por Resolución Rectoral 120-84-UH y a propuesta de la Facultad de Sociología, la Universidad Nacional José F. Sánchez Carrión lo designa su Profesor Honorario, entregando el Rector, Severo Llanos Bayona el diploma y certificado correspondiente, en acto público, el 13 de noviembre de 1984.

Por haber llevado una vida austera, modesta e independiente, sin trabajo remunerado y estable, limitado a las satisfacciones espirituales que le brindaba su pasión de escritor, en sus años postreros no pudo gozar de una jubilación reposada y merecida. Por el contrario, sufrió de carencias y de una ayuda material que nunca le llegó. Su salud, progresivamente, se fue deteriorando. A partir del 27 de febrero de 1989 se agravó, debido a una complicación de bronquitis y el mal de la arterieesclerosis, que le imposibilitaron la irrigación cerebral dificultándole el habla, causándole problemas para digerir alimentos y reconocer a sus allegados. Falleciendo, como se ha señalado, el 22 de setiembre de 1989.

Hoy hay un reconocimiento parcial a su obra. Muchas bibliotecas, como el de la Beneficencia Pública de Huacho, llevan su nombre. Promociones de estudiantes de todos los niveles culminaron sus estudios bajo su advocación, igualmente, existen centros de estudio y cultura que se desarrollan bajo su nombre. La Unidad de Servicios Educativos, mediante Resolución decidió que su obra, especialmente Campiña Adentro, sea declarada Patrimonio Cultural de la Provincia.

Esto es bastante pero no es suficiente. Mucho más importante es conocer y estudiar sus obras, valorarlas y divulgarlas (¡ojalá, como hoy se está haciendo con CAMPIÑA ADENTRO, pudieran reeditarse sus obras!). Pero, también, como lección de continuidad, se impone: proseguir la senda que aperturara, contribuyendo a afirmar la identidad cultural de nuestra provincia.

viernes, 7 de junio de 2013

ISAIAS NICHO RODRÍGUEZ, EL ESCRITOR CAMPIÑERO